jueves, 5 de noviembre de 2009

… AQUÍ NO HAY NADIE … SOMOS POLVO DE ESTRELLAS …

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El otro día –y por 2ª vez consecutiva en pocos meses- conseguí estar con el querido viejito Ernesto Cardenal, de quien tan bien recuerdo cómo quedáronseme (impresionadas) aquellas primeras líneas halladas hace ya 4 décadas entre sus ‘Epigramas’ y ‘Salmos revolucionarios’; esta ocasión se la debo a buenas amistades de la editorial Trotta y en activismos para canarias generosidades.

Qué placer encontrar ahí tal reunión del riguroso saber científico sobre nuestra naturaleza –y sus inmortalidades- con decires tan bellos como sólo en la cívica poesía radical podrían cabernos:

“...
¿Qué hay en una estrella? Nosotros mismos.
Todos los elementos de nuestro cuerpo y del planeta
estuvieron en las entrañas de una estrella.
. . . . . . . . . . . Somos polvo de estrellas.
Hace 15.000.000.000 de años éramos una masa,
hidrógeno flotando en el espacio, girando lentamente, danzando.
. . . . . . . . . Y el gas se condensó más y más
. . . . . . . . . cada vez con más y más masa
. . . . . . . . . y la masa se hizo estrella y empezó a brillar.
Condensándose se hacían calientes y luminosas.
La gravitación producía energía térmica: luz y calor.
Como decir amor.
. . . . . . . . . . . . . . Nacían, crecían y morían las estrellas.
Y la galaxia fue tomando forma de flor
como hoy la vemos en la noche estrellada.
Nuestra carne y nuestros huesos vienen de otras estrellas
y aun tal vez de otras galaxias,
somos universales,
y después de la muerte contribuiremos a formar otras estrellas
y otras galaxias.
. . . . . . . . . . De las estrellas somos y volveremos a ellas
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . ...”
('Cantiga cuatro: Expansión', CÁNTICO CÓSMICO)

Consuela encontrarnos, reunidos así, para mantener calorines tanto por lo gozoso como en el dolor:

“...
. Si tú estás en Nueva York,
. en Nueva York, no hay nadie más;
. y si no estás en Nueva York,
. en Nueva York, no hay nadie.

. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . ...”
('Tú eres sola entre las multitudes', EPIGRAMAS)

Y guardamos con ello memoria de quienes van dejándonos, como mi primo el radiólogo Juan Álvaro Fernández González (q.e.p.d.) hoy, tras vidas llenas de relevos cumplidos que siempre quedarán.

1 comentario:

  1. De dichos primeros versos hay algo inolvidable:

    "Me dijeron que andabas enamorada de otro
    y entonces me fui a mi pieza
    y escribí ese artículo contra el Gobierno
    por el que ahora estoy preso."

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