martes, 23 de febrero de 2010

Poeta del amor y de la vida -Miguel Hernández-

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Gracias a lo último escrito por el eximio Luis Arias Argüelles-Meres, profesor tan oportuno siempre, y al blog (del diario 'La Nueva España', en su astur suplemento ‘Nueva Quintana’ semanal) 'A orillas del Narcea':
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«...Yo no quiero más luz que tu sombra dorada/ donde brotan anillos de una hierba sombría./ En mi sangre, fielmente por tu cuerpo abrasada, / para siempre es de noche: para siempre es de día»
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"En este país nuestro del nunca jamás, se cumple, en el presente año, otra efeméride de primera magnitud, la de Miguel Hernández, la del poeta que terminó sus días en las cárceles franquistas. La del poeta autodidacta por excelencia que dio el siglo XX en las letras españolas, la del poeta que escribió una de las elegías más grandiosas de nuestra literatura, la del poeta cuya voz sigue viva si se trata de amor, si se trata de libertad, capaz de conmover incluso a los más insensibles.

Poeta del amor y de la vida, cuyo erotismo alcanza en determinados poemas una fuerza que, si no sobrepasa lo insuperable, sí está muy cerca de ello. Poeta del amor y de la vida, que, a fuerza de tanto amar, alcanza lo trágico sin dar posibilidad alguna a lo cursi y a lo melodramático. Poeta, ante todo, de estremecimientos.

Y no deja de ser desquiciante que, en un año como éste, marcado, más que por ninguna otra cosa, por una insultante mediocridad en la vida pública, se celebre el centenario de un poeta de la envergadura de Miguel Hernández. Y que hayan tenido que transcurrir más de treinta años de la supuesta democracia que gozamos para que, oficialmente, haya un compromiso de declarar nulo el juicio que en 1940 lo condenó a muerte.

Si precoz fue como poeta, su muerte, a los 31 años, no le impidió, sin embargo, haber escrito una obra de una calidad tan deslumbrante que le hará siempre figurar entre los grandes poetas en lengua castellana de nuestra literatura contemporánea.

Y, ante todo y sobre todo, más allá de los fastos que vayan a celebrarse, más allá de los reconocimientos oficiales, lo que hay que preguntarse es en qué condiciones puede recibir la España de hoy el legado de esta obra poética de primera magnitud. Miguel Hernández no es de esos poetas de los que se pueda hacer una lectura aséptica. Miguel Hernández no es de esos poetas que faciliten lecturas ñoñas.

Su dolor, como su amor, son de tal intensidad que, como diría Unamuno, retemblarán en las manos de sus lectores, bien sea en voz baja, bien sea en lectura pública para la ocasión como es de prever que suceda durante los muchos actos que se organizarán con ocasión de su centenario.

La España de 2010, que aún tiene muchos problemas pendientes con lo que es su memoria colectiva, se verá obligada a acoger y a celebrar el centenario de un poeta cuya obra no se lo pone nada fácil a todos aquellos que son decididos y entusiastas partidarios de la amnesia para con una dictadura que es responsable de la muerte de este hombre en sus cárceles, en 1942, tres años después de la victoria del bando franquista en la Guerra Civil.

«No me conformo, no: me desespero/ como si fuera un huracán de lava/ en el presidio de una almendra esclava/ o en el penal colgante de un jilguero ...»
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Aquí no cabe hablar de incontrolados, aquí no cabe alegarse una ignorancia de lo que ocurría, aquí no es posible argumentar que aquel régimen, que decía ser la salvaguarda de la reserva espiritual de Occidente, tuviese el más mínimo resquicio de generosidad con un poeta que se había comprometido a fondo con la República, poniendo su poesía en primera línea de combate.

La muerte de Miguel Hernández, en las condiciones en que se produjo, es un episodio más no sólo de la historia universal de la infamia, sino también de la crueldad de un régimen totalitario que duró casi cuatro décadas, y, al que según parece, resulta muy complicado juzgar.

Dicho esto, no hay que perder de vista en ningún momento que es tanto el amor que hay en la poesía de Hernández, amor no sólo a la que fue su compañera, amor no sólo a su hijo en aquel inolvidable poema, sino también amor a la belleza y a la vida, que parece imposible, al evocar su vida y obra, no recordar aquel soneto de Quevedo titulado «Amor constante más allá de la muerte», que, según Dámaso Alonso, es probablemente el mejor de la poesía española.

En efecto, médulas que ardieron, venas que dieron fuego incandescente a tanto amor. Poemas los de Miguel Hernández que, como el amor, según Quevedo, van mucho más allá de la muerte.

Poeta que cantó a las explosiones primaverales, que se rebeló contra las condiciones de vida de un niño yuntero, que, ante la muerte de una persona muy querida, expresó que le dolía hasta el aliento. Poeta que volcó su amor hacia su hijo de una forma tan desgarradoramente profunda.

Poeta que captó la belleza del paisaje al que se asomó de niño. Poeta que transitó lo mejor de nuestra tradición lírica. Poeta al que no le fue ajena la tragedia que vivió su pueblo en la Guerra Civil. Poeta gigantesco de un tiempo y un país que asombró al mundo.

Poeta del amor y de la vida, cuya obra es un desquite no sólo ante las injustas y crueles circunstancias en que su muerte se produjo, sino también, y ante todo, ante la injusticia, ante la tragedia, ante todas las miserias de la vida humana.

Poeta del amor y de la vida cuyos clamores estarán eternamente vivos, porque toda su vida y obra cabrían bajo uno de sus títulos más conocidos, bajo un rayo que no cesa, bajo una explosión de vitalidad centelleante cuya llamarada es imposible apagar, cuya llamarada va en la antorcha que siempre estará en manos de la mejor poesía, aquella cuyo compromiso es vencer a la muerte."
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jueves, 18 de febrero de 2010

El 'secreto del éxito' -por Sherman Mc C…- hoy

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Fue don Miguel de Unamuno y Jugo el que nos alentó a subrayar sobre todo en las lecturas aquello que no coincida con cuanto ya sosteníamos, anterior mente... Y a estas harturas de la telaraña vvv.irtual globalizada hay más que nunca posibilidades de tropezar con hallazgos interesantes al asomarse de pesca por cualesquier ámbitos alejados del entorno considerable propio en principio, e incluso casi obligatorio, según los casos.
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Todo ello siempre dentro de un orden mínimo, por supuesto; es decir, una vez admitido que tales incitaciones a dudar vengan de quien pudiere tener verdadera conversación o -y viene a ser lo mismo- cuando menos algo valioso que decir. Que ya demasiados del aburricie, con letanía de catetismos archirrepetidos (como tan bien solía ese mismo librepensante Rector universitario en Salamanca denunciarnos) por 'los hunos u otros', intentan dominarlo todo aquí ahora.
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Destacable, pues, resulta el traguito inesperado que gustamos beber en fuentes inusuales; como, por ejemplo, ayer cierto 'decálogo' entresacable del 'Confidencial' con un gurú financiero de modas para 'Cotizalia'...
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Primero. El éxito sólo se puede medir en términos de felicidad, de estar a gusto con uno mismo, de ser capaz de enfrentarse a la vida con paz, alegría y optimismo. No son indicadores del mismo ni la cuenta corriente ni la tarjeta de visita. Insisto, no se puede confundir con un estatus, una apariencia que puede ser exitosa o encerrar el más absoluto de los fracasos. La felicidad, y por ende el éxito, se encuentran dentro de uno. Y exigen un trabajo constante que no hay que descuidar. Debe ser la prioridad. Sólo se vive una vez y que tu vida sea un éxito o un fracaso depende sólo de ti. No tanto de lo que pase sino de qué manera afrontas lo que te sucede, sea del color que sea.
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Segundo. El éxito pasa por conocimiento de uno mismo. Es la primera condición. Haz un análisis DAFO de tus debilidades, amenazas, fortalezas y oportunidades. Si lo haces de cualquier compañía, cómo descuidar tu propia sociedad vital, la conjunción de la materia, alma y espíritu que eres. Descubre tus vicios y tus virtudes y, con base en ellos, sé dueño de tu destino, pon tus verdaderos talentos a trabajar. No te hagas trampas en el solitario. No te autoengañes. No tropieces 50 veces con la misma piedra. Reflexiona, párate y actúa. No te dejes llevar por las olas. Elige un camino y dirígete a él.
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Tercero. Interrelaciónate. Al conocimiento de uno mismo no sólo se llega a través de un proceso de interiorización sino mediante el contraste que te proporciona la inserción en la sociedad en la que te ha tocado vivir. Analiza tus reacciones, vigila tus contestaciones. Sorpréndete de ti mismo y purifica lo que no te gusta. Compara tus expectativas con la realidad que te rodea, chequea tus límites y nunca te conformes. Recuerda, estás en camino, te has fijado una meta. Y el entorno, cualquier entorno, mejor o peor, no es el final de la ruta sino únicamente un medio para llegar a ella. No te dejes vencer por él. Todo lo que te rodea es útil para alcanzar el fin que te has propuesto.
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Cuarto. Cualquier intento de alcanzar éxito, así entendido, pasa por la conjunción de tres elementos mutuamente interconectados. En primer lugar, educar tu voluntad; invierte en ella. Renuncia a lo inmediato por obtener una mayor satisfacción en el futuro. De eso saben mucho ustedes. La capacidad de sacrificio es la condición necesaria para ponerse en marcha. Pero no es suficiente. Se necesitan otros dos requisitos. Veamos. Segundo, haz un uso adecuado de tu libertad que no supone, contra lo comúnmente aceptado, hacer lo que te viene en gana sino sabiendo dónde vas elegir el camino correcto. No es tener múltiples opciones, sino elegir la alternativa idónea para la meta fijada. Tres y último, sométete al único juez que importa que es el de tu conciencia. Sé coherente con el rumbo que te has trazado. No te dejes llevar por lo que opinen los terceros ni actúes condicionado por las apariencias. Voluntad, libertad y coherencia son los únicos elementos que has de llevar contigo a la hora de emprender este viaje.
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Quinto. No tengas miedo al fracaso. Es una parte de tu proceso de aprendizaje. Nadie te ha prometido que la conquista del éxito sea un camino de rosas. Lo importante no es caer sino saber levantarse. Y no hacerlo acomplejado y abatido, sino con la cabeza bien alta. Sólo es indigno el que no lo intenta. Detente en los porqués, causas de lo que ha ocurrido y que hay que evitar en el futuro. Pero, sobre todo, escruta los paraqués, cuál es la utilidad que puedo sacar de este inconveniente que ha surgido. Sólo se puede mirar al pasado, para aprender de él. No cabe la resignación apocada, ni la rebelión sin fundamento frente a lo que pudo ser y no fue. Acepta lo sucedido que ya no puedes cambiar y pon tu mirada en lo que realmente importa: el mañana. No temas empezar de nuevo tantas veces como sea necesario.
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Sexto. No limites tu reflexión al fracaso; analiza igualmente las causas de tus posibles triunfos profesionales. Sé justo contigo mismo, discrimina qué parte de responsabilidad que te compete en tus victorias y cuál es el resultado de factores ajenos a ti como la coyuntura o la suerte. Sé humilde. El problema de los listos comienza cuando se creen los más listos, cuando empiezan a actuar como si estuvieran por encima del bien y del mal, de las fuerzas que mueven los mercados o sus ámbitos de actuación. El verdaderamente inteligente es aquél que aprende toda circunstancia, con independencia del carácter bondadoso o destructivo de la misma.
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Séptimo. Emplea el sentido común, que se ha convertido en el menos común de los sentidos. Ten espíritu crítico, con independencia de cuál es la procedencia de la información. Cuestiona el origen, disecciona el contenido, actúa en consecuencia. Estamos en una sociedad que deja poco espacio para la reflexión. No renuncies a ella. Haz del análisis racional de las cosas un hábito. Conviértelo en costumbre. Te ayudará a mitigar los errores y conquistar la felicidad y, por ende, el éxito.
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Octavo. Pon las cosas en perspectiva. No dejes que las ramas te impidan ver el bosque, ni que lo inmediato te aleje de los grandes fenómenos que se están produciendo a nivel mundial. Te pongo tres ejemplos, fuentes todos ellos de oportunidades para el observador avezado. Uno, Internet como nuevo paradigma, un cambio tal que la sociedad no se reconoce en el estado anterior, similar al fuego, la rueda o la máquina de vapor. Aún veo a muchos directores de márketing entregados a los medios tradicionales cuando el futuro pasa por la Red como soporte multicanal. Cada día se abren nuevas vías de acción, como las aplicaciones móviles o las redes sociales, por poner sólo dos ejemplos. Dos, el nuevo capitalismo que supone la entrada en las dinámicas de oferta y demanda de dos gigantes del tamaño de India o China. Pocas veces se ha abierto un mercado potencial de 2.000 millones de personas de golpe. El futuro de muchas compañías pasa necesariamente por estar ahí, por investigar sus posibilidades y actuar en consecuencia. Tres, la definitiva separación entre una economía financiera y la real debido al excesivo tamaño adoptado por la primera frente a la segunda. De su importancia son buen ejemplo las políticas de rescate que se han adoptado desde el inicio de la crisis, muchas de las cuáles, sobre todo en el mundo anglosajón, se han concentrado en ella. Ahora con la crisis se inicia una etapa de austeridad y de recuperación de valores. Quien sea consciente de esta realidad y sus implicaciones partirá con mucha ventaja frente a sus competidores.
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Noveno. Profundiza en el entendimiento, no conocimiento solo... No importa tanto estudiar, cuanto aprender, reconocer la utilidad práctica de aquello a lo que se dedica un esfuerzo intelectual. Cuida que tu curva de aprendizaje tenga pendiente positiva. Cumple con el nunca te acostarás sin saber una cosa más. Así te mantendrás vivo, despierto, alerta, y tendrás algún aliciente para seguir cada día. Vigila a diario tu productividad. Cuanto mayor sea, menos te pondrán imponer los demás tu rutina. Serás más dueño de tu tiempo y, por tanto, más feliz.
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Décimo. No seas cortoplacista. Ya hemos comentado antes que la felicidad es un estado permanente. No olvides que la acción colectiva es la suma del resultado de las acciones individuales o, mejor dicho, el beneficio individual sólo crea valor si contribuye al bien colectivo. Si todos miramos por lo nuestro, el sistema se colapsa. Este mantra tiene dos implicaciones: la primera es vertical. Las acciones a corto tienen unas consecuencias a largo que han de ser tenidas en cuenta. No pueden ser pan para hoy y hambre para mañana. Se ve en la política en casos tan graves como la educación. O en la actuación como bomberos de los bancos centrales alimentando sucesivas burbujas. El futuro se alimenta con la experiencia del pasado pero se construye en el presente. Y si nuestras decisiones no contribuyen a su mejora de la sociedad, su deterioro nos arrastrará a nosotros con él. Pero también tiene otro efecto horizontal y es que nuestras decisiones hoy inciden en el conjunto de la sociedad: es el equilibrio entre maximización del beneficio y bienestar social el que garantiza la supervivencia común. De lo contrario, como hemos comprobado, el caos aparece a la vuelta de la esquina. El empresario de verdad es el que persigue el cambio a mejor del conjunto de la sociedad obteniendo un beneficio para sí mismo porque sólo así su vocación de permanencia en el tiempo se cumple. De lo contrario, la muerte económica o social será igualmente su propia muerte.
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Concluyendo: No pretendo con ellos sino ayudarles a ser mejores personas y, de este modo, profesionales capaces de sacar a España de la difícil situación en la que se encuentra. Toda crisis supone una oportunidad y ésta, pese a su gravedad, no es distinta a cualquier otra. No es momento para el abatimiento sino para la valentía. Me encanta recordar la Generación Cuéntame, la de sus padres y los míos, la última que cuidó a sus progenitores a la vez que velaba por una mejor educación para sus hijos; la que se jugaba constantemente la vida y el futuro a rojo a negro con una situación política incierta y tipos de interés disparados; la que era capaz de asumir responsabilidades y no dejarse vencer fácilmente; que tenía más hijos y más espíritu de sacrificio; la que, en definitiva, hizo la España que hoy disfrutamos. Si ellos pudieron, cuánto más nosotros, probablemente la generación que ha vivido de los años más tranquilos y boyantes en muchos. No podemos renunciar a esta tarea. Estamos moralmente obligados a llevarla a cabo. Aunque sólo sea para dejarles el listón al mismo nivel al que lo heredamos. Está en sus manos y en las mías. Les deseo la mejor de las suertes. De todo corazón...
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miércoles, 10 de febrero de 2010

¿Son 'demasiado altos', en España, los Salarios? No en términos reales; ni tampoco han crecido!

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No es que ningún indocumentado, tan solo, por tal... de llevar a sus moliendas aguas... desde acá lo haya dicho; el más prestigioso ‘think tank’ de las ortodoxias empresariales, FEDEA (en cuyo patronato no faltan ni reputadísimos expertos del Banco de España como Malo de Molina o Rojo ni algunos de los mayores banqueros privados en este Reino encabezados por l@s Ana Patricia &Emilio Botín) publica hoy análisis –recargados con documentación gráfica especializada de FMI, OCDE, INE y Eurostat…- que interesa extractar en lo crucial, según palabras del [para Pennsylvania] prof. Jesús Fdez-Villaverde:

“¿Son los salarios demasiado altos en España? Estos días oímos ese argumento mucho. Por ejemplo a Paul Krugman o al FMI. La razón esgrimida es que, con salarios altos, España carece de capacidades suficientes de exportación y no va a poder salir de la crisis una vez que el mecanismo tradicional para apañar esos casos, 'devaluación', está eliminado por nuestra pertenencia en el Euro.

El domingo, Tano Santos explicó por qué esa línea de razonamiento es peligrosa; dado que no nos vamos a salir nunca del Euro, aunque solo sea por los líos en implementación que supondría, suspirar por devaluaciones nos hace olvidar que éstas no eran más que solución a corto plazo para evitar atacar problemas fundamentales de nuestra economía….

[‘...desde mi punto de vista, el problema de nuestra pertenencia al Euro son dos: el primero es que la pertenencia al Euro y la consiguiente bajada en los tipos de interés produjo una subida fuerte a precios de activos que acabó en la burbuja inmobiliaria con resultados por todos conocidos (...) .

. . .Pero -segundo y aun más importante que esto- nuestra pertenencia al Euro fuerza a la economía española a enfrentarse a sus limitaciones y pone la "clase" política española en el brete de tener que hacer lo que no se atrevió a hacer durante 20 años (...) En ausencia de estas reformas es precisamente por lo que (...) España puede “mimetizar” los efectos de la devaluación mediante alguna deflación en “inputs fijos”, como son el trabajo y los "in"muebles bienes. Ahí es adonde vamos derechitos si no se hace nada…’]

Hoy (…) me voy a concentrar más en el análisis de datos e intentar argumentar que, si bien es cierto que los bienes de exportación en España se han encarecido relativamente, es poco probable que éste sea factor de primera magnitud detrás de nuestros males actuales.

En figura 1 reproduzco un gráfico del P. Nobel, s/. costes laborales unitarios de la industria manufacturera según la OCDE, excepto que además de Alemania pongo a Italia y Francia. La presencia de Italia sirve para situar las cosas un poco en perspectiva. España no fue un país excepcional o único en comportamiento de sus costes laborales (y los italianos están aun por encima); además, dado que para Italia éste fue mucho menor que en España, demuestra que una relación entre ‘el boom inmobiliario’ y ‘coste laboral’ no es obvia (…)

Los costes laborales unitarios pueden haber divergido en España de los alemanes porque sus salarios hayan subido mucho, y cuando su productividad ha subido poco; resulta que hay de ambas cosas (…)

Pero eso, en buena parte, vino pues en España estábamos poniendo a trabajar gentes que anteriormente no trabajaban o inmigrantes en sectores de baja productividad, lo que hizo bajar la media (…) Como ejemplo, un botón: los costes laborales se disparan con datos OCDE para 2008 y 2009… ¿Por qué? Pues sospecho que en buena medida porque en la recesión se han ido a la calle los temporales con sueldos más bajos, primero; y eso hace que el ‘salario -medido- promedio’ se incremente artificialmente (…)

En figura 4 pongo remuneración de los asalariados y productividad observada del trabajo en términos reales dados precios nacionales. Como vemos, excepto al final, la remuneración del asalariado no creció y ha seguido a las productividades muy de cerca (…)

Otra manera de mirarlo sería ver cómo la participación de los trabajadores en el PIB cayó [figura 6] durante la expansión: las remuneraciones de asalariados eran una parte más pequeña de lo que producíamos (…)

Estos gráficos nos cuentan lo que muchos de nuestros lectores han vivido de cerca: los salarios no han crecido en término real. El problema ha sido nominal, nuestra inflación crecía más que la de la Unión Monetaria en su conjunto (figura 7) y, aunque los salarios reales no le siguen, nos hemos colocado con salarios nominales más altos (…)

En resumen: ¿Son los salarios altos en España? Sí sólo en términos nominales y No en términos reales. ¿Y es un problema esto? En una economía cerrada no lo sería, porque las unidades nominales en sí mismas no significan nada. El potencial problema es que no vivimos ya en una economía cerrada sino integrada con el resto del mundo y que utiliza la misma unidad de cuenta que la zona Euro. Así, aunque los salarios en España no compran más que el año 2001, en términos reales el producir cosas en España para venderlas por Alemania sí que nos es más caro (…)

Nuestros problemas son mucho más a largo plazo y más profundos. A principios del 2007 y antes de que empezara la crisis, España se encontraba con un problema fundamental por agotamiento en una senda de modernización que tan bien nos había funcionado desde el Plan de Estabilización de 1959; el camino de las convergencias con Europa había llegado a su estación final. Ahora solo se puede crecer poniendo a nuestra economía en alguna nueva senda. Por lo tanto, con Tano coincido (…) Puestos a subir algo, hagamos los deberes -ahora- y olvidemos los salarios.”

Y a la hora de buscar solución mejor tras tanto -programar planes (Propuesta, Previsiones, Promesa, Presupuestos) o prosp-e¿ti?ar- al poco tiempo desmentido en tozuda realidad, tengamos las conclusiones por el [desde London 'School of Economics'] cátedro Luis Garicano hace 6 días expuestas tan bien presentes:

¿Por qué desconfían de España… en el extranjero? Quizás, el más grave problema pueda ser, aquí, la (falta de) transparencia hoy; nadie, del extranjero, se nos cree nada… de nada….

- Primero = nadie puede creerse que, con más de 1’5 millones en viviendas vacías, los precios han sufrido sólo 6 % de bajada (…)

- Segundo = nadie, pero nadie, les cree a las Cajas de Ahorros su número (…)

- Tercero = nadie cree al Gobierno y sus números. Hoy ha depositado en la Comisión Europea su ‘Actualización al Programa de Estabilidad desde 2009 a 2013’ en la que se hacen las proyecciones oficiales (…) Por cierto que en la tabla de Sostenibilidad a largo plazo del sistema contiene varios pufos muy notables [página 40, tabla 7.1]… o peca de muchisimo optimismo: asume desempleo en 2010 de 8’8%; que el gasto sanitario se estabilice hasta 2030 en el 6’3% (es decir 0’8% más que ahora, solo) del PIB; etc.

Concluyo como siempre concluimos: es hora de que Gobierno, sindicatos, y partidos por todo el espectro se empiecen a tomar el problema de las reformas en serio; es ahora ese momento, ya...”

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domingo, 7 de febrero de 2010

Sin ver l@ negr@... ¡y nos llevan al Pensionazo!

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Lo que nadie (ni aun ese par de la ‘IZQUIERDA SOCIA...Lista’ más ‘plus’ que solo ’se abstiene’ como un gran gesto ’progre’, cuando el PSOE aprueba su reciente Pensionazo, en Comité Federal…) era capaz de redargüir, por Manuel Redal y Expansión, desde GESTHA pudo leerse: 'Contra la evidencia de la Economía sumergida' =

“…Instituciones y organismos internacionales como son el Banco Mundial, la OIT, el Deutsche Bank, la OCDE o el propio Banco de España y el Instituto de Estudios Fiscales, todos ellos reconocen la existencia de 'nuestra economía sumergida’, o en negro; y la cifran en horquilla que va desde un 20% al 25% del PIB. Es evidente que las Administraciones están perdiendo una importante cantidad de ingresos –estimados en los 240.000 millones de euros/año que, hoy, se mueven- derivados de una ineficiente lucha contra la economía sumergida...

Tampoco parece responder a lógica el hecho de que Pensionistas y trabajadores declaran, como medias, entre unos 5.000 euros y otros 7.000 euros anuales aun más que sus empresarios; ni parece de recibo el que la Agencia Tributaria sea capaz de ingresar sólo unos 13 de cada 100 euros en lo referente a su gestión para las deudas con Administraciones.

La Ley de "Medidas para Prevención del Fraude Fiscal” se quedó, hasta el momento, en una mera declaración de intenciones... Si se desarrollara ésta y otras medidas, nuestra economía sumergida sería posible reducirla hasta en 10 puntos porcentuales, lo que nos situaría con ratios relativos al nivel de países en la UE como Alemania o Francia.

De tal modo podrían aflorar 90.000 millones y recaudarse 38.000 adicionales (25.000 millones con impuestos defraudados y otros 13.000 millones por cuotas de la Seguridad Social impagadas), unos recursos que aliviarían el presente Déficit público, mejorando financiación de las Administraciones y sus prestaciones sociales”. ¡Incluso para Pensiones…!

Por otra parte dijo, tan bien, un ex-ministro y ex-responsable para programas economicos del partido de ZP hasta que llegó al Poder:

“¿Cómo puede seguir valiéndonos en el siglo XXI un instrumento corporativo, de política social, concebido a finales del XIX? Antes, en España la Sanidad también era una prestación de la Seguridad Social, como ahora las pensiones. Luego se convirtió en un derecho financiado con impuestos (…) Creo que ha llegado la hora de hacer lo mismo ya con las pensiones: de un sistema de seguro público, financiado por sus cotizaciones, deben pasar a ser derecho de la ciudadanía, financiable mediante los impuestos generales. La demografía ayuda –seremos más viejos, pero más ricos- y el sentido común, también (...)

Mientras sigamos dentro de la lógica actual, estaremos abocados a propuestas de recorte como las presentadas por el Gobierno. Pero, si miramos a nuestro alrededor y vemos cómo ni la economía, ni la sociedad de hoy tienen nada que ver con la de Bismarck (carreras profesionales discontinuas con periodos sabáticos, economías del talento, modelos variados de familia y de trabajadores, etc.), quizás concluyamos que el instrumento para asegurar las pensiones a nuevos ciudadanos –y no sólo al trabajador de fábrica…- no puede seguir siendo nuestro modelo actual de Seguridad Social.

Al menos, a 20 años vista: LAS PENSIONES NO PUEDEN YA MÁS DEPENDER DE CUÁNTOS TRABAJEN HOY SINO DE CUÁN RICOS SOMOS, COMO PAÍS, dado que mejoras en productividad y redistribución de la renta permiten desvincular ambos lados en esa ecuación...”

E insiste tan autorizado Experto -socialista- mediante páginas de un diario, ahora, poco proclive al mero seguidismo pro gubernamental:

“…para un país con pensión de jubilación media muy por debajo de la europea (…) en 2050 seremos MÁS VIEJOS, PERO también MÁS RICOS… por el crecimiento previsto del PIB y, sobre todo, si el cambio de modelo económico que pretende la Ley de 'Economía Sostenible' nos hace más productivos (…)

Se podría financiar hasta equivalentes a una pensión mínima con cargo a un impuesto finalista, para todos (podría ser variante del Impuesto General sobre Gastos, que el IVA no es: planteado en los años 60 del siglo pasado por Kaldor como alternativa, entonces, al Impuesto sobre renta), y definir luego pensiones complementarias que recojan lógicas del actual sistema contributivo; compatible, además, con (…) la competitividad empresarial reduciéndose drásticamente los costes laborales (…)

Es también la práctica de países como Francia -en donde existe para ello una ‘Contribución Social Generalizada’…- o Dinamarca, con el IVA financiando un primer eslabón básico para su sistema de jubilaciones; e incluso igual aquí en España tanto con pensiones 'no contributivas’ cuanto respecto de complementos 'a mínimos’, que se financian con los impuestos generales…”

Y sin embargo -conforme a últimos datos en la espeluznante crónica precisa, del aquí ahora- sorprende constatar cómo (entre toda una panoplia de planes y medidas que se ofrecen, por reformar 'lo público' desde bipartidismo real con mandos en plazas) nunca se plantea, en vez de bajar gastos, mejorar el ingreso; ni a partir de los unos ni para cualesquier otros. ¡Muchos cuentos sobre maldad ajena pero ni un botón de muestra que pruebe la propia fiabilidad mejor!

Acaso sirva para explicarlo en corto recordar ciertos casos de una 'ejemplar' terna entre quienes encarnarían algunas de las figuras hoy más destacadas, respectivamente, bien como alternativas del Poder o de ‘garantía’ frente a su Oposición: cuando coinciden sobre apretarnos los cintos de una ‘tercera edad’ que soporta ya con cada paga ‘tope’ próximo a 2.000 por [no importa qué] pensiones cotizadas acumulables, en general, ellos compatibilizan su actual remuneración (al presidir una Caja de Ahorros, o 'lobby' empresarial del Comité de Amistad hispano-china, u otras...) con ‘macropensión pública' por cerca de 200.000 €/año totales para cada cual.

Son los últimos ex-Vicepresidentes económicos de Gobierno más un ex-Presidente del Congreso de Diputados, al tiempo que también ex-Comisarios para la UE o ex-Director general en el FMI; uno del PP (Rodrigo Rato) y del PSOE dos (Manuel Marín & Pedro Solbes).
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¿No quedará todo este -paradójico- asunto, así, un poco más claro?
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lunes, 1 de febrero de 2010

'La noche de los tiempos': MEMORIA Histórica (para otro Episodio Nacional), del Madrid 1936

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Un autor que comenzó hacia los 80 -antes del Cambio- con su excelente prosa de bitácoras como ‘Robinsón urbano’ más ‘Diario del Nautilus’ y aquel bien medido relato ‘El invierno en Lisboa’, esto es A. Muñoz Molina, ha dado ahora en escribir su particular (auto)homenaje a Pérez Galdós... Y no le ha salido ya nada menos que un tochito con hasta casi el millar de páginas, en donde podemos encontrar minuciosas evocaciones verídicas respecto a unos meses prebélicos que no estaría de más retener hoy aquí: leyéndolo, por ejemplo, si tan largo menú trágico del nocturno memorial gústase... O yendo, como aperitivos, a unos fragmentos de diálogos escuchables cuando entonces:

(...)
– Los malnacidos se le acercaron por la espalda. Y con su mujer al lado, llevándola del brazo.
– Tiene que ser la ley la que nos defienda, Eutimio.
– No me diga usted también que no vale lo del ojo por ojo y diente por diente. Si nos matan, tenemos que defendernos. Uno de ellos por cada uno de los nuestros. Usted sabe que a mí no se me sube fácil la sangre a la cabeza, pero esto ya parece que no tiene otro remedio.
– Lo mismo dicen los otros.
– Perdóneme que se lo diga, don Ignacio, pero usted no entiende la lucha de clases (...) Los dos somos personas de sangre tranquila, me parece a mí, pero otros que vienen empujando detrás tienen la sangre mucho más recia, y ni en su lado ni en el mío abunda la sensatez.
–¿No estamos en el mismo lado? ¿Hasta en el mismo partido?
– Ya ve cómo nos tiramos a muerte los unos a los otros, dentro del Partido. Abro El Socialista o Claridad y tengo que dejarlos en seguida para no leer las cosas terribles que unos compañeros escriben de los otros. Si gastamos tanta rabia en pelearnos con los nuestros, ¿cuánta nos va a quedar para hacerle frente al enemigo? Hay muy mala sangre, don Ignacio. Las cosechas se pudren en el campo porque este año ha llovido más que nunca y porque los señores prefieren que se pierdan antes que pagar unos pocos jornales. Hay hombres que nacen alimañas y otros que se vuelven así por ansia de tener más o porque los han tratado como alimañas desde que nacieron.

(...) Lo asombroso era que nadie más pareciera darse cuenta de la similitud extraordinaria entre los rituales funerarios de quienes se declaraban enemigos, la celebración exaltada del coraje y del sacrificio, el agrio rechazo del mundo real y presente en nombre del Paraíso sobre la Tierra o del Reino de los Cielos: como si quisieran acelerar la llegada del Juicio Final y odiaran mucho más en el fondo a los incrédulos y a los tibios que a los iluminados del bando enemigo. Después del entierro del policía de escolta de Jiménez de Asúa la multitud que regresaba del cementerio asalta una iglesia que acaba envuelta en llamas; vienen los bomberos a apagar el fuego y son recibidos a tiros; muere un bombero de un disparo y al día siguiente hay otro entierro, esta vez con camisas azules y curas con casullas, con humo de incienso y clamores de rosario. En esos días de mayo, en el mundo remoto de hace sólo unos meses que rememora incrédulamente Ignacio Abel, Madrid es una ciudad de entierros y corridas de toros. Por la calle de Alcalá suben casi cada tarde muchedumbres camino de la plaza de toros o del cementerio del Este. De los cortejos de los entierros y de las masas de la afición taurina se levantan polvaredas idénticas, bramidos igual de sobrecogedores. Al día siguiente de una corrida en la misma plaza se celebra un mitin político y el eco metálico de los altavoces y el de los himnos y los vivas y los mueras llega con igual lejanía al domicilio familiar (...)

– Se ha asustado usted un poco, don Ignacio. Se ha puesto pálido. No era para tanto. Tiene usted que comprender que en este barrio, cuando se ve un coche como el suyo, es que va a pasar algo malo.
–¿Los falangistas?
– O los monárquicos. O los de las Juventudes de Acción Popular. Suben por Santa Engracia a toda velocidad y atropellan al que se ponga delante, y se lían a tiros sin mirar a quién. La semana pasada mataron a una pobre mujer que estaba barriendo la puerta de su casa. La lucha de clases, don Ignacio. Asoman la cabeza por la ventanilla, estiran el brazo y gritan ¡Arriba España! Luego dan la vuelta en Cuatro Caminos y a ver quién los encuentra.

(...) Ahora había carteles de fútbol, de toros y de boxeo pegados a la cal de las paredes, y un gran aparato de radio detrás del mostrador. En la estampa chillona de un almanaque, bajo un letrero que proclamaba ‘¡Feliz 1936!’, la República era una señorita desnuda con un gorro frigio ladeado sobre la cabeza y cubierta apenas con los pliegues de una bandera tricolor que moldeaban sus pechos y descubrían un muslo carnoso de corista o de bailarina de taxi-dancing (...)

–¿No estuvo usted en la manifestación del Primero de Mayo? Desfilaban los socialistas y parecía que estuvieran en la Plaza Roja de Moscú. Banderas rojas con hoces y martillos, retratos de Lenin y de Stalin. Los nuestros sólo se distinguían de los comunistas en que llevaban camisas rojas y no azul celeste como ellos. Ni una sola bandera de la República que pudo llegar porque los socialistas quisimos que viniera, porque los republicanos no eran nada. Pero estos socialistas del Primero de Mayo no daban vivas a la República, sino al Ejército Rojo. Con gran alegría de las derechas, como es de imaginar.
– Es que ya se lo tengo dicho, don Ignacio, la República es muy bonita pero no da de comer.
–¿Y dan de comer las huelgas a tiros y las iglesias incendiadas? (...)
– Eso que dice usted de las leyes está muy bien, pero a estas alturas ya no se lo cree nadie. Dígaselo a los militares sediciosos que no paran de conspirar y a los jueces que sueltan a los pistoleros falangistas que matan obreros.
– ¿Y entonces qué hacemos? ¿Armarnos todos? ¿’Un hombre, una pistola’ en vez de ‘Un hombre, un voto’?
– Lo que podemos hacer yo no lo sé, don Ignacio. A lo mejor el remedio nos lo va a traer la gente más joven que tiene ideales más fuertes que nosotros (...) Mi chico mismo, que nunca rompió un plato, que siempre fue de casa al trabajo y del trabajo a casa, se me hizo el año pasado de la Juventud Comunista. Un disgusto para un padre, pero fíjese que ahora se han unido con las Juventudes nuestras, lo cual me deja más tranquilo. A lo mejor usted y yo nos conformamos con que sea algo mejor este mundo que conocemos, que al fin y al cabo es el nuestro. Pero ellos lo que quieren es traer otro mundo. ¿No ha leído lo que ponen en los carteles? ‘Llevamos un mundo nuevo en nuestros corazones’ (...)
– Las cosas se irán tranquilizando, imagino.
– O no. O se pondrán peor. ¿Oyó usted por la radio el discurso de Prieto en Cuenca el Primero de Mayo? (...) Lo que dijo don Inda, aparte de muchas cosas sensatas y bastante tristes, es que un país puede soportarlo todo, hasta la revolución, pero no el desorden permanente y sin sentido. Claro que para decirlo tuvo que irse a Cuenca...

(...) Abel pensaba, mirando a su alrededor, en el milenarismo primitivo de las revoluciones españolas: tantas iglesias habían ardido en Madrid y sin embargo a nadie se le había ocurrido quemar o ni siquiera asaltar alguna de aquellas elefantiásicas sedes bancarias de la calle de Alcalá, que a él lo sumían en un pavor arquitectónico (...)

– No hay más que salir a la acera del café y mirar a la gente que pasa. Necesitan estar mejor alimentados. Necesitan mejor calzado, tomar más leche de niños para que no se les caigan los dientes. Necesitan tener más higiene y no traer tantos hijos al mundo. Necesitan buenas escuelas y trabajos pagados decentemente, y a ser posible calefacción en invierno. ¿Sería tan difícil de conseguir una organización racional del país que facilitara todo eso? Una vez que todo el mundo coma a a diario, y que haya electricidad y agua corriente saludable, digo yo que sería el momento de ponerse a discutir sobre la sociedad sin clases o sobre las glorias de la raza española, o el esperanto, o la vida eterna, o lo que haga falta. Fíjese que no hablo del socialismo, ni de la emanciapación, ni del fin de la explotación del hombre por el hombre. Yo no hago profesiones de fe, y creo que usted tampoco. Entre peregrinar a Moscú y peregrinar a La Meca o al Vaticano o a Lourdes yo no veo grandes diferencias. Al creyente de una religión lo que más le fastidia no es el creyente de otra, ni siquiera el ateo, sino alguien peor, el escéptico, el tibio (...)
–¿No decía Negrín que en España faltaba seriedad hasta para hacer las revoluciones? (...)
– ‘Esto’. Ni siquiera sabemos qué nombre darle. ¿Leyó usted cómo lo ha llamado Juan Ramón Jiménez? Cuando se ha visto bien seguro en América, eso sí. Una ‘loca fiesta trájica’, eso dice Juan Ramón. El gran triunfo del pueblo. Pero él y Zenobia, por si acaso, se han dado prisa en poner tierra de por medio. ¿Sabe que a él estuvieron a punto de darle el paseo, como decimos todos ahora? Pero, qué vergüenza, cómo se nos contagian las palabras.
–¿A Juan Ramón Jiménez lo iban a matar? ¿Y él de qué podía ser sospechoso? (...)
–¡A don Antonio Machado iba a llevárselo detenido una patrulla porque les pareció que tenía pinta de cura! (...)
– Es admirable que usted siga sin enterarse de nada. La crema de la intelectualidad antifascista se ha instalado en el palacio de los marqueses de Heredia Spínola, que parece ser uno de los mejores de Madrid. Hacen la guerra editando un periodiquillo con poesías revolucionarias y para descansar de sus rigores dan bailes de disfraces usando el vestuario de los marqueses, que no sé si están huidos o difuntos, o los ex marqueses, como hay que decir ahora...

(...) Ignacio Abel divagaba en voz alta sobre la necesidad de que la República favoreciera menos la palabrería literaria y mucho más la ingeniería de caminos, ferrocarriles, canales y puertos (...)


Por tales épocas decíanoslo el buen profesor, Don Antonio Machado: "... de 10 cabezas, en España, 9 embisten y una piensa". Y lo que acaso proceda, hoy, es preguntarnos con respecto a si por ventura se piensa más aquí ya; o si quizás -tan solo- embestirán, ahora, menos...