domingo, 18 de diciembre de 2011

Aquí servidores públicos no sobran sino, solo, defraudadores; y cúpula patronal amparando!

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Un "microsalario (reducido) a 400 €/mes"... garantizará 'Productividades' (competitivas) a los Empresarios ya (fiscalmente) subvencionados que por dar (tamaño) 'Empleo' exigen "Beneficio (sin límite)" como premisa para su 'Inversión (con riesgos) emprendedora'... Esta es aquí ahora la última gracieta -inventada por los ins@ciables de siempre jamás y coreada sin seso desde unos u otros partidismos en ambas orillas...- del consensuao discurrir único que húndenos con la Crisis: invitan a que copiemos cualquier ajena miseria puntual, en este caso dicen que alemana, ¡pero sin embargo -¡qué casualidad más inadvertible, al parecer!- ninguno de sus mayores logros (con pensiones y salario medio muy superiores) o riqueza (PIB, rentas e inversión) per capita por cuanto a todo el Bienestar ciudadano del conjunto social!
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Portada reciente del 'Economista', en pleno apuro supuesto de todos...


"El presidente de la Patronal española ha vuelto a insistir en que sobran funcionarios en España y que hay que poder despedirlos igual que a los trabajadores de la empresa privada (Nada nuevo, pues desde que llegó al cargo viene diciendo que en 'Hay más de 150.000 funcionarios del Estado que no tienen trabajo que hacer', 26.11.2010)...

Veamos qué hay de verdad, o no, en ello.

El porcentaje de personas adultas que trabajaban para el sector público en España durante 2008 era del 13% del total de la población activa, uno de los más bajos entre la UE-15 (sólo 16%); y en los países europeos cuyas economías son de las más competitivas y eficientes del mundo, según la OCDE, ese porcentaje era aún mayor: 26% en Dinamarca, 22% en Suecia o 19% en Finlandia.

En España, pues, no sobran sino que faltan funcionarios, al menos comparando con nuestros países vecinos en donde la cosa funciona mucho mejor. Y eso es el resultado, principalmente, de que nuestro Estado de bienestar está menos desarrollado porque el gasto social es aquí bastante más bajo que en la Europa de los 15 (aproximadamente un 72% de su promedio, sólo) para nosotros.

Pero eso no es lo peor de lo que no sabe o de lo que oculta el líder de la patronal. El número de empleados públicos en España es de unos de 3,1 millones y se calcula que los, muy sostenibles, costes de sus nóminas vienen siendo -aun, hasta hoy, con todo lo que se diga...- poco más de unos 100.000 millones de euros anuales.

Mas el colectivo de Técnicos del Ministerio de Hacienda (Gestha) ha estimado que la evasión fiscal de grandes fortunas, corporaciones y empresas alcanzó los 42.711 millones de euros en 2010 (Actualidad Gestha: 'El 72% del fraude fiscal lo hacen grandes empresas'); o sea, casi un 40% de la citada cantidad que nos cuestan los más de tres millones de empleados públicos españoles, y también casi una mitad que los cerca de 100.000 millones del déficit público en ese último ejercicio.

Es evidente, pues, que la patronal no propone reducir el número de funcionarios (como también recortar los gastos en educación, salud, pensiones o servicios a las personas dependientes) porque aquí se gaste mucho para esos conceptos; sino porque quieren que las grandes fortunas y capitales defrauden aún más y paguen menos todavía en Hacienda.

Por otra parte, es verdaderamente aberrante y demencial que un dirigente empresarial prefiera que hubiese 150.000 personas menos con ingresos en la economía, debilitando la demanda general y los beneficios en miles de pymes o 'pequeños y medianos empresarios' afiliados a su propia organización patronal, solo para evitar así que la exigua minoría de privilegiados a quien defiende (que no la totalidad de los empresarios) contribuya como los demás al progreso social.

La conclusión es sencilla: en España no sobran funcionarios sino defraudadores que usan para encubrirse a los dirigentes de la patronal."



Juan Torres López: 'En España no sobran funcionarios sino defraudadores y los dirigentes patronales que los encubren'.



[ Véase gráfico sobre Productividad más Empleo comentado ]


3 comentarios:

  1. ¿En qué indicador macroeconómico supera España al resto de economías avanzadas desde que empezó la crisis en 2008? ¡En crecimiento de la PRODUCTIVIDAD laboral! No, no se trata de un error... Y una pregunta: ¿representa esto para los españoles algo de lo que alegrarse? Pues en realidad, no. El crecimiento de la productividad laboral se ha alcanzado a base de recortes salvajes en EMPLEO, caído todavía más rápido que la producción, lo cual llevó a una tasa de desempleo oficial superando el 21%. Historias parecidas son aplicables a compañeros que España tiene en la cabeza del 'ranking' sobre crecimiento de productividad: Islandia, Portugal y Grecia han rendido "por encima de la media" en ese parámetro.

    Esto hace saltar alarmas sobre la tendencia común a tratar la productividad o su crecimiento como condición 'sine qua non' del diseño de políticas económicas... Ello es conceptualmente erróneo porque el PIB per capita, la medida más utilizada del Bienestar de un país, consta en realidad de dos componentes: Valor añadido por empleado -la Productividad- y tasa de Empleo. Fijarse en solo uno puede tener importantes consecuencias negativas: la empresa que se centrara solo en el margen de beneficio produciría demasiado poco para el nivel de maximización en ganancia total; y algo similar es aplicable a los países que se centran en la productividad en vez de hacerlo con el PIB total.

    El problema se agrava cuando se aplica en países en lugar de negocios, pues ciertos aspectos de la relación laboral convierten el trabajo en algo más que simple factor de producción. A los trabajadores despedidos los tiene que mantener el Estado. Y para la mayoría de personas, un puesto de trabajo representa mucho más que fuente de ingresos. Así, la pérdida de empleo tiene un impacto mucho más perjudicial en la felicidad declarada del ciudadano de cuanto su reducción de ingresos implica, e incluso incrementa significativas tasas de discapacidad o suicidios. Y luego están las consideraciones políticas asociadas a un alto desempleo... que pueden tener importante derivación socioeconómica en cuanto a malestar, proteccionismo y similares.

    Poner en práctica la atención en promover PRODUCTIVIDAD Y EMPLEO requiere, si tenemos en cuenta el estado de las finanzas públicas, fijarse en empresas que pueden llevarnos por este camino. Observemos los cambios de grandes empresas españolas desde 2002 a 2007: asumir que los dos van de la mano equivale a ignorar la mayor parte de empleo creado y la mayor parte de empleo destruido en la economía española en esos años.

    Más concretamente, las empresas que en 2002 representaban un 60% del empleo aumentaron su productividad. Pero de ellas, solo un 47% convirtió crecimiento de productividad en subida del empleo, creando 690.919 puestos de trabajo. Estas son las empresas más saludables de la economía -"atléticas", que crean musculatura-, puesto que tienden a crear empleo y crecimiento más sostenibles. Un 53% de las que aumentaron productividad en realidad destruyeron empleo, 501.296 puestos de trabajo. Esas empresas "a dieta" se mantuvieron en forma a base de eliminarlo.

    ¡La mayor parte de la CREACIÓN DE EMPLEO provino de empresas que en realidad experimentaron DESCENSO DE PRODUCTIVIDAD en periodo de crecimiento prolongado en la economía. Un 62% de las que la redujeron aumentaron 882.035 empleados. Estos "glotones" se atiborraron de empleo durante años de abundancia... pero entre 2007 y 2009 eliminaron trabajadores a ritmo más del doble que las "atléticas" o que estaban "a dieta". Y las que se consumieron en ese periodo a base de reducir tanto la productividad como el empleo (raquíticas) experimentaron una tasa todavía mayor de pérdida de trabajo entre 2007 y 2009!

    Bruno Cassiman y Pankaj Ghemawat (profesores del IESE, Universidad de Navarra) en EL PAIS.

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  2. EL PROFUNDO ERROR DEL GOBIERNO ALEMÁN, HOY, EN LA UE... O SOBRE LOS ORÍGENES DEL NAZISMO

    El gobierno alemán está proponiendo (en realidad imponiendo) políticas de austeridad a todos los países de la Eurozona, forzándoles a que recorten de una manera muy marcada su gasto público, incluyendo el gasto público social. La Sra. Angela Merkel cree erróneamente que tales políticas ayudarán a los países de tal zona monetaria a salir de su enorme recesión. La evidencia histórica, incluida la existente en el propio pasado de Alemania, muestra lo profundamente equivocada que está Angela Merkel.

    En un interesante artículo, el politólogo y economista alemán Fabian Lindner (“European Austerity. Is this 1931 all over again?”) detalla la génesis del nazismo en Alemania, mostrando los preocupantes paralelismos entre la situación actual en gran parte de los países de la Eurozona y la existente en los años veinte y treinta del siglo pasado en Alemania y en Europa. Fabian Lindner señala que la economía alemana se colapsó en 1931 como resultado de las políticas de gran austeridad realizadas por el gobierno alemán.

    Como ahora, el dogma oficial había afirmado que había que recortar el déficit del Estado como condición indispensable para permitir la recuperación económica. El canciller Heinrich Brüning, sabiendo lo impopular de tales medidas de austeridad, que incluían reducciones salariales (tanto en el sector público como privado), gobernó por decreto, saltándose el Parlamento Alemán.

    Alemania tenía una enorme deuda pública, que debía sobre todo a Francia y Gran Bretaña, como reparaciones a los vencedores en la I Guerra Mundial, donde había sido derrotada. Para pagar su deuda pública, Alemania tuvo que pedir dinero, sobre todo de EEUU, que exigía ser pagado en dólares.

    Y para pagar esta deuda, Brüning redujo el 30% del gasto público, afectando sobre todo a los salarios públicos y a la Seguridad Social. Como consecuencia, el PIB bajó un 8% en 1931 y un 33% en 1932, causando un enorme crecimiento del desempleo, que alcanzó el 30%.

    La gente entró en pánico y el dinero depositado en los bancos dejó el país rápidamente (los parecidos con la situación actual de Grecia son enormes). El sistema bancario se colapsó, y el crédito desapareció. Dos años más tarde, Hitler salió elegido en el Parlamento alemán que suprimió más tarde. Hitler siguió políticas keynesianas (keynesianismo militar) que sacó Alemania de la depresión.

    Los paralelismos entre la Alemania de los años treinta y lo que está ocurriendo en Grecia, Portugal y pronto en España e Italia, son preocupantemente altos. Es un profundo error que el gobierno alemán esté imponiendo aquellas políticas de austeridad a estos países. Fue precisamente la parálisis económica de los años 1931 y 1932, creada por las políticas de austeridad, la que determinó el triunfo (electoral) del nazismo.

    Una última apostilla. Después de la segunda derrota, la II Guerra Mundial, Alemania tenía una enorme deuda, de nuevo con los países vencedores del conflicto. Los aliados le perdonaron la mitad de la deuda. Sin esta medida, Alemania no se habría recuperado. ¿Tan poca memoria tiene la Sra. Merkel?

    (Vicenç Navarro)

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  3. "La OCDE destaca a España por subir la productividad y bajar los salarios" (noticia, hoy, desde la Agencia EFE):

    Los costos unitarios de la mano de obra bajaron un 0,3 % en el conjunto de la OCDE durante el tercer trimestre gracias al incremento de la productividad, con descensos particularmente acusados en Japón (1,7 %) y en España (1,3 %). Según los datos publicados el martes, la productividad de los 33 países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) creció un 0,6 % mientras que la remuneración del trabajo (por unidad producida) subió un 0,3 %.

    En Japón, donde se registró el mayor bajón trimestral de los costes laborales, la OCDE lo atribuyó en parte al efecto técnico de la recuperación económica tras el hundimiento en la primera mitad del año a causa del seísmo que sufrió el país.

    En el caso de España, fue la combinación de un incremento de la productividad del 1 % -uno de los más elevados de la organización entre julio y septiembre- y de un recorte de la remuneración del 0,3 %, el más pronunciado de todos para los que hay cifras disponibles.

    Los costos por unidad de producción en la zona euro globalmente subieron un 0,1 % debido a un ascenso de la remuneración del 0,4 % que no pudo ser compensada totalmente por las ganancias de productividad del 0,3 %.

    En la evolución de la eurozona pesaron las progresiones de los costos de mano de obra en Francia (0,5 %), Bélgica (1,9 %) u Holanda (0,7 %).

    Frente a eso, hubo caídas como la ya citada de España (1,3 %) o la de Alemania (0,4 %), donde al aumento de la productividad (0,3 %) se añadió la disminución de la remuneración (0,2 %).

    En Estados Unidos los costos unitarios descendieron un 0,3 % gracias a un incremento de la productividad del 0,5 % que pudo compensar con creces la subida de la remuneración del 0,2 %.

    El Reino Unido se desmarcó con un tirón del 1,3 % de los costes laborales en razón de una escalada del 2,5 % de la remuneración (la más alta de toda la OCDE) unida a una mejora de la productividad del 1,2 %.

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