martes, 28 de febrero de 2017

Memoria social.

 
La omnipresente Casta (política-mercantil-administrativa-institucional-mediática) está en su salsa del azuzar, los hunos u otros, con ese oxímoron que se denomina 'Memoria histórica'... Y sin embargo una verdadera Historia no debía hipotecarse por apellido alguno; mientras nuestra Memoria ha de ampliar anteojeras.
 
 
Interesante recordatorio al hilo de un texto crítico reciente: "No he leído aún la última novela de Kazuo Ishiguro, 'El gigante enterrado' (Anagrama), aunque me propongo hacerlo. Lo que sí he leído, de momento, son algunas de las entrevistas que se han publicado con motivo del lanzamiento del libro, en particular la [...] del año 2016, hecha por Tom Tivnan. Muy al comienzo de la misma, me llamaron la atención los términos en que Ishiguro formulaba uno de los temas principales de su novela: la “memoria social”, es decir, “cómo las naciones recuerdan u olvidan y construyen narrativas colectivas, en ocasiones (pero no siempre) para enterrar verdades desagradables o inconvenientes”. Este último entrecomillado corresponde a palabras de Tom Tivnan en las que parece glosar las del propio Ishiguro. Como sea, es éste quien pone como ejemplo el caso de Francia tras la Segunda Guerra Mundial.

Según Ishiguro, “tras la ocupación nazi Francia decidió recordarse a sí misma como una nación de bravos combatientes de la Resistencia en lugar de colaboradores”. Y añade el escritor:
“Esta es la razón por la que después de la guerra surgieron el 'Nouveau Roman' y la 'Nouvelle Vague'. En aquel momento, intencionadamente o no, toda la tradición narrativa previa fue condenada al olvido porque se la consideró poco sofisticada. Pero lo que ocurría es que ya no se podía tener a un Balzac examinando como un forense qué había pasado durante los años de la guerra. Ya no se podía ir hasta ese lugar, pues el país se habría desgarrado, se habría destruido a sí mismo”.
   

Resulta tentador, casi inevitable, proyectar esta consideración sobre el “caso” español y lo que ocurrió en este país tras la muerte de Franco. También aquí, durante los años de la hoy tan cuestionada Transición, se optó por mirarnos en un espejo favorecedor y, a este efecto, condenar al olvido toda la tradición narrativa previa por considerarla -vamos a decirlo así- poco glamurosa. Si bien lo que surgió no fue, ni mucho menos, nada tan extremo como el 'Nouveau Roman', ni tan germinal como la 'Nouvelle Vague'. Lo que prosperó por estos pagos fue más bien un voluntarioso adanismo que sirvió para que no pocos mezclaran, confundiéndose, los conceptos como “normalidades” y “convención” o “cultura democrática” y “comercialidad”.

En los términos con que lo plantea él mismo, aquel tema [suscitado des]de la nueva novela de Ishiguro parece concernir muy directamente a una sociedad como la española, cuya “memoria social” no habría sido aun convenientemente consensuada, como bien a las claras las reclamaciones de una recalcitrante “memoria histórica” dejan. Las mismas “verdades -desagradables o inconvenientes-...” que algunos han pretendido enterrar hay otros que insisten tozudamente en exhumarlas, los relatos se impugnan mutuamente, y así no hay modo de hilvanar, ni explícita ni tácitamente, esa “narrativa colectiva” imprescindible para la construcción de esa forma de comunidad que se reconoce bajo el nombre de nación, ya en sí misma problematizada y cuestionada.
   

  
La forma tan sumaria con que, durante aquellos años en la Transición, se despachó una tradición narrativa mucho más cuestionadora de lo que se suele pensar, la ligereza con que se simplificaron los propósitos y los alcances de lo que, metiéndolo todo en un mismo saco, se englobó bajo la etiqueta de “realismo” -tanto más desdeñosamente si se le añadía el calificativo de “social”-, no fueron suficientes para sofocar el impulso escrutador y crítico que animaba a construir una narrativa distinta de la que se impuso en los años 1980.

 
E
n cualquier caso, la nueva narrativa no contribuyó a evitar el desgarramiento de la sociedad española, que no cesa de padecer, debido: por una parte, a sus discrepancias internas sobre qué le conviene recordar y qué olvidar; y, por la otra, a su endémica ineficacia a la hora de urdir relatos integradores, de cualquier naturaleza [entendiendo por tales no tanto los que se revelan capaces de una aprobación más o menos unánime -objetivo improbable, y ni siquiera deseable- como los que aciertan a integrar en sus planteamientos los elementos necesarios para reflexionar discutiendo con amplitud y complejidad las realidades compartidas, a efecto del intentar asumirlas conjuntamente]."
 

viernes, 24 de febrero de 2017

Cómo podemos quitar Exclusiones: entre otras rentas Mínimas y Básica, 'Mínimo Automático'

     
Véase análisis del si sería positivo sustituirse los Programas actuales por otro único esquema Universal tanto más justo cuanto eficiente, sencillo y barato (esta presentación resume cierta ponencia planteada en las 'I Jornadas del Foro de la Economía Progresista'), ya hoy...:
   
  
El  sistema socio-económico dominante nos continúa provocando exclusión creciente: carencia de ingresos es la causa primera explicativa para toda su sintomatología con respecto a estas exclusiones -laboral o/y social- aún.
 
Aquí se intentará reflexionar sobre medidas paliativas que pueden aplicarse inmediatamente, atendiendo necesidades elementales en las familias, por esa situación de pobreza monetaria.
 
En sociedades avanzadas como la nuestra, ideas del garantizar algunos mínimos vitales para toda persona están admitidas desde hace tiempo. Y las diversas encuestas parecen mostrar amplios consensos a favor de algún sistema con Rentas Mínimas para todos aquellos colectivos que realmente lo necesiten.
    
En realidad hoy, nuestro sistema -jubilación, subsidios del paro, subvenciones asistenciales, programas autonómicos con las rentas mínimas, los mínimos personal y familiar del I.R.P.F, diversas prestaciones que surgen o desaparecen (como el cheque bebé, la renta para emancipación, etc.)- representa toda una sistemática muy compleja sobre Garantía de Rentas Mínimas casi generales.
  
Podría decirse que tenemos un sistema de Rentas Mínimas universales… para quienes han trabajado y pocos más. En un país como España, por donde protecciones familiares van a la cola de toda Europa y la pobreza infantil supera el 30%, sería necesario terminar con esa enorme injusticia: como grandes colectivos, niños y ancianos o mujeres no incorporados al mundo laboral son los grandes olvidados por nuestro tan confuso, complejísimo e ineficaz sistema del garantizarse rentas de carácter incompletamente universal.
  
Son conocidos los inconvenientes:
 
Altos costes administrativos de gestión en los programas destinados al sostenimiento de rentas, para tanto las Administraciones públicas correspondientes como el propio sujeto beneficiario.
 
El importante retraso sufrido desde aquel momento en que se inician los trámites de solicitud hasta un efectivo disfrutar la prestación (12 meses, como media), con su efecto consiguiente respecto a desprotección temporal.
 
Desincentivo al empleo y estímulo de fraude o la 'economía sumergida'. Habitualmente incompatibles con el obtenerse algún empleo, u otros ingresos, provocan las -denominadas- “trampas del desempleo u otra pobreza”.
 
Estigmatización social para los perceptores, con sus posibles daños psicológicos o morales consecuentes. Incluso, determinadas personas parecen evitar pasar por la vergüenza del solicitarlo y se autoexcluyen de las ayudas.
 
Desigualdad territorial e incentivos al no moverse por gestionar prestación a niveles autonómicos.
 
Esa enumeración de los inconvenientes anteriores, en lista que ni siquiera resulta exhaustiva, muéstranos a las claras el cómo es necesaria alguna mejor alternativa. Una de las propuestas más eficientes para erradicar la pobreza sería el habilitarse otras Rentas Básicas.
 
  
Aun cuando existe consenso sobre que deben garantizarse Rentas Mínimas para quienes lo necesitan, los debates con respecto de una Renta Básica de Ciudadanía (que llevaban ya bastantes años por el mundillo académico) saltaron hasta la opinión pública ligados a contiendas políticas y partidistas, las cuales generan prevenciones difíciles del ser rebasadas.
 
Por ello, podría ser conveniente reformular la propuesta, fundiendo Garantías para Rentas Mínimas con Renta Básica -en programas que recojan lo fundamental desde ambas- financieramente viabilizadas y políticamente aceptables: es decirse, una Renta Mínima mas Automática (REMA).
  
Dicha posible alternativa planteable (del Ingreso, nuevo, Universalizado por REMA) sería el pago que se garantizara en forma inicialmente automática o incondicionada para toda ciudadanía -desde su [ya permanente] residencia- sin contrapartidas ni compromiso alguno y con independencia de las circunstancias personales u otros recursos, e incluso respecto a otra situación, tanto laboral cuanto la familiar... El disfrute final efectivo exigiría no superar (gradualmente) determinados niveles de rentas.
  
Las cuantías percibidas habrían de reabsorber toda otra prestación con carácter no contributivo y en cuanto a las contributivas, de partida, se percibiría una parte por Renta Básica más el resto (como Suplementos variados) hasta lo excedente sobre actuales cuantías; para el subsidio del paro, inicialmente, su impacto sería igual que lo ya descrito. No obstante, se necesitaría una reflexión algo más detallada respecto al funcionamiento futuro, para tampoco acarrear ningún quebranto excesivo al pasarse a la situación del desempleo.
 
Frente a los inconvenientes ya señalados para subsidios hoy existentes, y aportando unas indudables ventajas, esta REMA puede concretarse:
  
— Incondicionada y automática, sin exigirse solicitud ni aprobación a cada caso previa; o sea, recibiéndose antes del que aparezca su necesidad. Ello evita los retrasos en sistemas vigentes con la consiguiente grave desprotección durante su tiempo.
  
— Además, exige una gestión mínima frente al laberinto burocrático actual y también evita estigmatizaciones de la pobreza. Una REMA supone, así, eliminar la maraña de programas o normas reguladoras ahora existentes; lo que favorecerá también el acceso -y, por tanto, universalidad efectiva- ahorrando costes e incluso externalidades al gestionarse: dada su propia esencia, los posibles fraudes actuales desaparecen. Ya se ha dicho cómo es compatible con otros ingresos, por lo cual elimina las trampas de la pobreza o el (des)empleo, y posibles incentivos a cualquier economía sumergida disminuyen sustancialmente.
  
  
Se preguntarán, algunas personas, del resto: "pero... ¿también a las más ricas?" Lo primero que convendría recordar es que hoy todos aquellos contribuyentes muy ricos ya reciben una cierta 'Renta Básica' por el Impuesto sobre la Renta: los Mínimos ('Personal' y 'Familiares'...) u otros beneficios más con él relacionados, implican que descuenta cada contribuyente, a sus importes del cuanto debería pagar si no, en conceptos de algunas Rentas Mínimas vitales. Un subsidio éste que solo afecta, claro, a quienes deben hacer su Declaración: ese colectivo en el cual hay más ricos que pobres. Y esto parece no escandalizarnos.
  
La verdad es que un Derecho sobre Rentas Mínimas Garantizadas corresponde a toda la ciudadanía, por el mero hecho de serlo. De antemano, no sabemos si una persona es necesitada, o no: cómo le irán las cosas a lo largo del tiempo… Hemos visto que uno entre los principales problemas para las Rentas Mínimas actuales es el enorme coste, en tiempo, esfuerzo, dineros y personal dedicado a la comprobación del grado de necesidad. Parece mucho más fácil y eficaz entregarles dinero, sin preguntar, ajustando cuentas luego periódicamente: si a cualquiera le va bien tendrá que devolver; pero cuando sea mal, gracias a la Renta previa, pudo ya sobrevivir dignamente sin necesidades de más trámites.
   
      
Obviamente, no faltan críticas e inconvenientes respecto a la posible implantación de una Renta Básica. La primera entre todas ellas, el efecto adverso que pudiera tener sobre incentivos para los esfuerzos en búsqueda del empleo. Una mayoría de los análisis que presuponen estos posibles incentivos perversos con cualquier subsidio basan todo el razonamiento fundamentalmente desde las 'trampas en (o/y para) la pobreza', por hechos muy ciertos del cómo ahora lograr trabajo implicará perder toda subvención anterior. ¡Y la REMA elimina el problema, precisa mente!
 
La existencia de horas extraordinarias así como sus elevadas aceptaciones, por una mayoría entre los trabajadores, refuerzan las ideas del cómo en toda nuestra sociedad se dan estímulos muy poderosos para incrementar el esfuerzo laboral si con ello conseguimos más ingresos. Y en cualquier caso con la REMA, por su nueva compatibilidad, será -sin lugar a dudas- el efecto desincentivador mucho menos de los previos correspondientes para cualquier otro subsidio al que ha ya sustituido...
 

Por otro lado, probablemente gastamos más en pretender apartar del subsidio a vagos (con dudoso éxito, más graves molestias o retrasos para los necesitados) de cuanto nos costaría pagarles directamente alguna renta mínima. Y en la situación presente, sus perceptores tienen Derechos a las Rentas Mínimas por ser el Mercado -de 'trabajo'- incapaz del ofrecernos Empleos (ni aun tan siquiera 'poco dignos', como mínimo) que son demandados.
 
¿Puede la REMA provocar un descenso de salarios? Todas las Rentas Mínimas refuerzan el derecho efectivo para que los trabajadores rechacen peores ofertas de trabajos, así como sus capacidades del sostener una mayor presión sindical defensiva, posibilitándose nuevo elegir entre trabajos no remunerados y los que sí lo son: el hecho de cómo aquéllos nunca se contabilizan por el PIB no significa que tampoco contribuyan al Bienestar general, sino más bien todo lo contrario.
 
Defendiendo 'políticas de género' se ha resaltado que cualquier Renta Básica podría suponer incentivos al mantenerse a las mujeres, en sus hogares, por todo aquel conjunto atendible como la 'economía para los cuidados'. La primera respuesta a ello es obvia: una Renta Básica no soluciona ni éste ni otros muchos problemas o/y exclusiones. Esa lucha debe hacerse mediante distintas políticas, así como por diferentes medios.
 
Y lo mismo debe decirse sobre las luchas por una “Plena Ocupación o Empleo Garantizado, indebidamente juzgados alternativas, cuando en su caso serían medidas complementarias. De todos modos, tener alguna renta propia dará más libertad a la persona que lo contrario, siempre. Y habría que preguntarles a las potenciales beneficiarias, concretamente, si acaso preferirán esperarse también ellas hasta otra llegada de alguna definitiva solución estructural del problema.
   
Del año 2006 (Observa... Madrid s/ RB): a 'Mayores y Niñez, primero, Ya viable'   
  
Pero, ¿es ahora ya financieramente viable alguna Renta Incondicionada para toda la Ciudadanía? Exige, se nos dice, un montante de recursos inabordable o/y poner en peligro algunos otros programas para nuestro Estado del Bienestar. Evidentemente, la implantación de futura Renta Básica no debería implicar perjuicios a prestaciones actuales en especies, ello sin perjuicio del preciso revisarse las distintas monetarias.
 
Partamos desde alguna cantidad sobre 400 €/mes (ó 4.800 euros anuales) para 1 adulto y el 30% de tal cantidad a los menores. Dichas cifras no serían aún quizá las deseables, idealmente; pero nótese cómo -para familia tipo con pareja de adultos más 2 menores- tal Renta Básica supondría 12.500 euros/año aprox (es decir, 1.040 cada mes): nos situarían en tramo medio dentro del conjunto de la UE.
 
Al ahorro correspondiente de las cuantías por prestaciones absorbidas, hay que añadir igualmente los ahorros que se producirán en el IRPF. La simplificación supone también otra reducción importante de recursos administrativos que hoy se dedican a gestión y control sobre las actuales prestaciones. Si la REMA fuese acompañada con una reforma en profundidad de las prestaciones contributivas, el ahorro podría ser aun mayor. Y a lo anterior debemos añadir las deducciones por maternidad, adopción o nacimientos.
  
Esas redistribuciones que implica la implantación de una REMA provocarán unos estímulos al Consumo, con el gran efecto multiplicador consiguiente sobre Demandas agregadas, y por ende para toda Recaudación tributaria.
 
Todo lo anterior puede suponer una financiación automática no inferior al 50% de sus Costes totales; y podríamos garantizar Rentas Mínimas Automáticas aproximadamente para el 50% sobre población con menos recursos, a 'coste 0', por simple absorción de partidas ya hoy en vigor.
 
Necesitaríamos además una posible anulación/recuperación para el otro 50% del presupuesto global. La opción del restringirse aquellas Rentas Mínimas Automáticas al 50% con menores ingresos implicaría un gravísimo error -de discontinuidad o 'salto'- convirtiendo en más que discutible toda precisa supresión del Mínimo Personal y Familiar a su IRPF para el 50% restante. Por ello, una opción con igual resultado pero mejor efecto sería calcular 'devoluciones' en forma progresivamente gradualista (de manera que comenzasen recuperando dichas Rentas cobradas a partir del 3º ó 4º deciles para la renta global, por ejemplo), alcanzando su totalidad tan sólo en los 2 últimos.
 
Así, jugaría en su modalidad completa la Renta Básica para el 1er. tercio de población más necesitada, y... también con otras formas relevantes sobre la inmediata parte similar central o media. Tamañas gradualidades evitarían el que ganarse algún euro más en cualquier actividad mercantil pudiere terminar por suponer nunca ninguna pérdida final significativa tras pagos de la REMA. En esta opción, lo máximo devuelto como compensaciones debería ser equivalente a la Renta Básica efectivamente recibida; es decir, supondría tan solo su reducción total o parcial para cada caso, según el nivel de rentas previas al redistribuirse.
   
Una utilización del IRPF para los ajustes permite dicha universalidad inicial en la Renta Mínima Automática, así como su automatismo y simplicidades de gestión. Prácticamente, las retenciones en origen ya tendrían en cuenta el doble juego del abono de REMA más la devolución fiscal, con un resultado efectivo para ésta como mínimo nulo -en algunos casos- o bien incrementando su retención para otros ingresos más altos (puesto que ya no quedarían por mínimos personales y familiares). No existiría, sin embargo, ningún problema de financiación debido al previo desfase temporal.
 
No obstante, manifiesta injusticia en contra de la renta salarial que supone aún el actual IRPF aconsejaría recuperar una parte para ese 'objetivo del 50%' citado, por algunas vías diferentes: debería poderse aprovechar tal circunstancia equilibrando más presión fiscal sufrida por esas rentas con aquella otra casi exención para las de orígenes financieros. Un gravamen sobre dichas últimas permitiría darse la REMA, aunque sea parcialmente, para todas las rentas del trabajo. Esta opción aun reforzaría más progresividad y equidades del sistema impositivo en su conjunto; pero eso nos ha de llevar a discutir otras cuestiones.
 
Es inaplazable debatirse sobre alguna Renta Mínima de Ciudadanía. Mas no ya por cuanto a su conveniencia -que parecerá obvia e imprescindible o socialmente asumida- sino con respecto de las mejores formas al aplicarla en modos eficientes y generalizados. Aunque debería trabajarse sobre las causas radicales de pobreza o exclusión social, es tan necesario como urgente programa paliativo garantizando ya -'vidas dignas'...- a toda la ciudadanía, en forma simple y automática.
  

  
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martes, 21 de febrero de 2017

Otra pobre persona jubilada, bajo todo la Casta jurídico-mediática-financiero-administrativa…

     
¿Quién había dicho aquello del que la justicia igual para todos es? Nos quedará como el mejor chiste de nuestra época.
   
"Este suceso del obrero jubilado en Hostafrancs (Barcelona) hubiera inspirado a Bertolt Brecht, aquel escritor alemán, para lograr escribirnos otro de los cuadros teatrales más conmovedores con esta su vida. Resumo la historia según apareció desde algunas ‘canallescas’, y en este caso, sin piedad o en su sentido más genuino.
 
Titulares: 'Un abuelo pistolero tuvo problemas económicos tras enviudar hace 2 meses. El detenido atracó su propia oficina bancaria, de la que al parecer no podría sacar el dinero de su esposa.
   
 
Salvo el nombre del protagonista, Jesús M.A (como se dice ahora en esas ‘contraverdades’), todo lo demás es falso. No podía ser abuelo, porque no tiene hijos. Llamar 'pistolero' a un tipo que llevaba una pistola de fogueo y sin balas, es un exceso semántico.
  
Entró a la oficina bancaria de toda la vida -llevaba 35 años viviendo en el mismo sitio- y el dinero, que no sería precisamente el de Urdangarín, estaba colocado en una cuenta corriente conjunta de la que los empleados bancarios no querían devolverle ni 1 € hasta que terminaran… ¡los ‘trámites mortuorios’…!
 
Así llevaba 2 meses; y aun le quedaba todo cuanto la voluntad omnímoda de aquellos oficinistas dictaminaran faltarle antes del decidir que ya era hora de dárselo, porque al fin y al cabo era suyo.
 
Hasta tuvo que pagar 500 € -que pidió a una vecina- para contratarse un notario: harto ya de andar tan harto se compró una pistola de juguete y baratillo para echarse la vida por delante. En 6 días, 6 simulacros de atraco: 3 oficinas bancarias, 1 perfumería y 1 farmacia; todos justo alrededor de su casa, como si le importara un carajo ya todo.
 
Curioso el detalle brechtiano, del que de la farmacia solo se llevó una caja con Viagra. ¡Grandes especulaciones! Bastaría con pensar que a sus 71 años y con problemas de próstata quisiera echarse un último gran polvo de su vida, el último.
  
¿Que se le fue la olla? ¿Y a quién no? 71 años trabajando, fallece tu mujer de toda la vida y le ponen aun pegas al devolverte lo que tuyo es. Pero como eres un pringao tienes pocas posibilidades de hacer otra cosa que no sea algo grande al fin en tu vida: hay que tener muchos huevos y una cabeza fuera de sí, para entrar en plan temerario a los 6 sitios que tienes más cerca, salvo 1 en la Gran Vía.
 
  
¿Y a esto el gremio informativo, cada vez más sicario y acojonado, le llama ‘un pistolero’? Sencillamente un obrero que se quedó viudo a los 71 años y trabajó siempre para un taller de automoción. Sin hijos ni parientes, solo unos vecinos comprensivos que se desviven colmándolo de alabanzas y le adelantaron los gastos; que si 500 €, que si 1000 y pico, que siempre devolvía rigurosamente, no como el Banco

¡Atracador a mano armada con pistola de chirigota! Seguro que la Entidad bancaria, Caixabank, habrá recompensado bien al director de la sucursal por su valor y rigor económico. No hay piedad con quien ya no podría ensañarse y escasas posibilidades de apenas defenderse tiene.

Un empleado modelo, no como esos otros directivos que saquean los Bancos o las Cajas, y encima hay que darles suculentas indemnizaciones. La demagogia se habría transformado en un cuento de hadas. Pero lo mejor viene ahora...
 
Los 2 jueces encargados del caso le han decretado prisión sin fianza, por riesgo de fuga. Quizás podría sacarse uno de los billetes para 10 viajes por la ciudad e ir a ver el mar. No creo que le quitaran el pasaporte porque no tendría y Suiza, ¡oh Urdangarín!, le pillaba un poco lejos; tampoco sabrá esquiar, y el norte de Europa le castigaría con su frío, carece de las experiencias del Bárcenas.

Menos aún, tampoco habla idiomas, como Rodrigo Rato. ¡Pero hay riesgo de fuga… hasta el bar en la esquina! ¿Quién había dicho aquello del que la justicia igual para todos es? Quedará como el mejor chiste de nuestra época."
  
 
 

viernes, 17 de febrero de 2017

Mienten todos en la Casta de partidismo electo: supera 141 % del PIB nuestra Deuda Pública, ya

          
  
Resulta muy aleccionador al respecto el diálogo tan bien –claramente- fabulado por Ciudadano JC, desentrañándonos [en forma de preguntas y respuestas, al profesor Centeno, un emérito catedrático sobre Ciencias Económicas en la Universidad Politécnica de Madrid] esta peliaguda cuestión:
  
“Nos preguntábamos si podría explicar cómo se calcula la Deuda Pública y si es verdad que se sitúa ‘en torno al 100% del PIB’ como dice la prensa.
  
— Lo primero que deberemos recordar es cómo tal Deuda Pública -o Deuda Soberana- viene a ser el montante total de los Endeudamientos que como un conjunto mantienen todas las Administraciones Públicas del Estado con sus inversores (particulares o/y -de- otros países). Ese total se denomina ‘Pasivos en Circulación’, y es resultado al sumar Deudas de Administración Central, las Comunidades Autónomas o Corporaciones Locales más Administración de la Seguridad Social.
 
— ¿Y suman entre todos un 100% del PIB?
    
  
— No: la Deuda Pública Total española (o sea, sus Pasivos en Circulación) se publica por el Banco de España: véase. Con los últimos datos, al finalizar 2016, se sitúa en ya unos 1,56 billones euros. Por todo lo cual, si el PIB en España, medido según Instituto Nacional de Estadística, es de 1,1 billones aproximadamente, la Deuda Pública supone otro 142% aprox. del mismo; y no -tan solo- el ‘100%’ del PIB, como dicen casi todos los titulares de periódicos.
    
— Pero entonces, ¿por qué la Prensa y el Gobierno dicen que nuestra Deuda se sitúa 'en torno al 100%' del PIB...?
  
Eso es porque los únicos datos que dan ellos tan solo se refieren siempre a ‘Deuda según el Protocolo del Déficit Excesivo (PDE)’, la cual -como cabría comprobarse (aq)- suma 1,1 billones de euros. Es decir, ese ‘100%' del PIB.
  
— ¿Y, eso del PDE, cómo es?
  
—El artículo 126 del Tratado de la Unión Europea establece que los Estados miembros deberán cumplir 2 requisitos a nivel económico: primero, que sus Déficits presupuestarios no superen un 3 % del PIB; y en segundo lugar, que sus Deudas Públicas no pueden exceder el 60 % del PIB.
  
— ¡Qué barbaridad! España incumple los dos requisitos.
  
Correcto. ¿Y qué hace la Unión Europea con los países que incumplen 1, ó los 2 requisitos, como en el caso del Reino de España? Pues les aplica el Reglamento 479/2009 relativo al citado PDE, cuyo artículo 1º dice: Por ‘público’ se entenderá todo lo perteneciente al sector ‘administraciones públicas’, con exclusión de las ‘operaciones comerciales’. La exclusión de las ‘operaciones comerciales’ significa que el sector ‘administraciones públicas’ abarca exclusivamente las unidades institucionales que producen, como alguna función principal, servicios no mercantiles.
  
— Eso quiere decir que no incluye cierta Deuda (en las Empresas Públicas, por ejemplo) dicha 'servicio mercantil'…
   
 
— En efecto, pero dicho Reglamento también dice: Por ‘deuda pública’ se entenderá el valor nominal total de las obligaciones brutas del sector ‘administraciones públicas’ pendientes a final del año, a excepción de las obligaciones representadas por activos financieros que estén en manos del sector administraciones públicas. La deuda pública está constituida por obligaciones de administraciones públicas en las categorías siguientes: efectivo y depósitos, títulos que no sean acciones, con exclusión de productos financieros derivados y préstamos.
  
—Y al final, con toda esa complicación definitoria, ¿cómo queda el cálculo de la ‘Deuda según el PDE’…?
  
—Su metodología la explica el Banco de España concretando así. Finalmente, tras eliminar del cómputo de la Deuda las operaciones comerciales, derivados y préstamos, se obtiene tal ‘Deuda según el PDE’, que resulta unos 450.000 millones euros inferior a la Deuda Pública total. Los datos, de una y otra, están accesibles para cualquiera en su link.
  
— Entonces… ¿acaso ello significa el que 'desaparecen' de la Deuda 450.000 millones euros, y no los debemos pagar, ya?
 
— ¡Pues claro que no desaparecen y, por tanto, aun hay que pagarlos! Lo único que hacen es quitarla para que no se vea’, igual a como lo hicieron con la creación del ‘Banco malo’, por tapar los activos ‘tóxicos’ inmobiliarios.
   
    
— O sea, daría impresión de que la finalidad del PDE fuera ocultar cierta realidad en las economías de algún país con dificultades, al objeto del que pueda seguir financiándose por un camino sin retorno, que sólo le provocará mayores endeudamientos y empobrecimiento…”
  
     
Además esa Deuda Pública no es hoy aquí tampoco nuestra única, o muy preocupante, súper hipoteca colectiva: "las ahora excesivas Deuda Total (Pública más Privada, igual a 4 billones euros) y -sobre todo, más en particular...- Deuda Nacional Exterior (Transfronteriza: 1,17 billones euros) nos han hecho tremendamente vulnerables a un aumento de aversión al riesgo entre los Mercados financieros o/y ante cualesquier otros cierres del grifo por el BCE", como había recordado Juan Laborda estos mismos días.
     
    
Pero, en definitiva, el oscurantismo consensuado sobre todo este suicida echársenos aun (por la Casta político-mediática-partidista-financiero-sindical que nos esquilma) en garras de usureros Mercad[er]os nunca es política gratuita: lo que se busca es recortar 'Pensiones para las cuales nos falta hucha llena...' y, sin embargo, "...no contabilizar cuanto gastamos en 'rescatar' a Banc[ari]os" o/y cualesquier otros capitales (de negocios) por sus pufos.
 
Y, además, el pésimo Cambio de vigente Constitución actual imponiéndole -por vías "exprés"- priorizarse pagar cualquier Deuda frente a LA BANCA sobre demás (obligaciones presupuestarias, para nuestra Ciudadanía) se aprobó desde PSOE [+PP] ya en 2011... 

 

lunes, 13 de febrero de 2017

El aislamiento social es un factor de riesgo, y amenaza grave a la salud, pero tiene remedio

     
Es muy habitual que algunas tendencias -tan solo recién despuntadas- para nuestra deriva social las podamos ir observando ya, bastante mejor y por anticipado, en otras naciones con más rápidos adelantos de su evolución... Así que cuando las barbas en cualquier vecino senil veamos recortar, no estaría de más un ponerse a remojar l@ nuestr@...
  
  
Veamos, por ejemplo, este breve aviso reciente del "New York Times", que toca un problema nada lejano a nuestras realidades vitales (la región con una media mayor entre toda España, e igual que lo del Japón -primer País, en esperanzas de vida, para el ranking mundial- hoy, habiendo llegado hasta los 83'7 años- es Madrid)... 
    
'Mi paciente y yo sabíamos cómo estaba él muriéndose.
 
No era el tipo de agonía que se prolonga durante meses o años. Moriría hoy, tal vez mañana. Si no mañana, entonces pasado mañana. ¿Quería que me comunicase con alguien? ¿Habría quizás alguien a quien quisiera ver?
 
"Nadie", solo, dijo. No tenía familia inmediata. Ni tampoco amigos cercanos. Quizá tenía una sobrina en el sur, pero no habían hablado en años.
 
Para mí, la tristeza de su muerte solo era superada por lo triste de su soledad. Me pregunté si su soledad era una de las causas de su muerte prematura y no únicamente una circunstancia desafortunada.
 
Todos los días soy testigo de variaciones del principio y el final de la vida: un joven a quien abandonan sus amigos mientras lucha contra su adicción a los opioides; una viejita que sobrevive con té, pan tostado y vive en medio de la suciedad, pues ya no es capaz de limpiar su abarrotado apartamento. En esos momentos, parece que lo único peor que padecer una enfermedad grave es hacerlo en soledad.
Hoy, cerca de un tercio de los estadounidenses mayores de 65 años viven solos, así como la mitad de aquellos mayores de 85. Es más probable que las personas con problemas de salud (en especial aquellos con trastornos como ansiedad y depresión) se sientan solos. Es menos probable que quienes carecen de estudios universitarios cuenten con alguien para hablar de asuntos personales importantes.
     
Varias investigaciones nuevas nos apuntan cómo andar socialmente aislados es malo para nosotros. Las personas con menos conexión social presentan los patrones de sueño discontinuos, alteraciones del sistema inmunitario, más inflamación y superiores niveles de aquellas hormonas relacionadas con el estrés. Un estudio reciente reveló cómo el aislamiento aumenta el riesgo de cardiopatías 29% y del infarto en otro 32%.
 
En otro análisis que agrupó datos en 70 estudios y 3,4 millones de personas, se halló que las personas socialmente aisladas tenían un riesgo mayor —¡el 30% más!— de morir [en los siguientes 7 años]... así como que tales efectos aumentaban entre aquellos de mediana edad.
 
La soledad puede acelerar el declive cognitivo en los adultos mayores, y las personas aisladas tienen el doble de probabilidades de morir prematuramente que aquellos con interacciones sociales más sólidas. Estos efectos comienzan a una edad temprana: los casos de infancia socialmente aislada tienen una salud significativamente peor 20 años más tarde, incluso después de haber controlado otros factores.
 
En suma, la soledad es un factor de riesgo sobre muerte prematura tan importante como son las obesidades y los tabaquismos: la evidencia del aislamiento social está ya clara, mas el qué hacer al respecto no lo es tanto.
 
La soledad es un problema en especial engañoso porque aceptar y hablar de nuestra soledad conlleva una profunda estigmatización. Admitir que estamos solos puede sentirse como el aceptar que hayamos fallado en esos terrenos fundamentales de la vida: la pertenencia, el amor, el apego. Va en contra del instinto  muy básico de mantener nuestra reputación, y hace que pedir ayuda sea difícil.
 
Veo esto muy claramente en la época de las fiestas, cuando atiendo a pacientes hospitalizados, algunos conectados a mangueras intravenosas en cuartos estériles, sin amigos ni familiares, y su soledad amplificada por alegres películas navideñas que pueden verse en las televisiones montadas en las paredes. Además, hospitalizada o no, mucha gente dice sentirse más deprimida, o sola, y menos satisfecha con su vida durante la temporada de fiestas de diciembre.
 
Las nuevas investigaciones sugieren que la soledad no es necesariamente el resultado de falta de habilidades sociales o de apoyo social, sino que puede ser causada en parte por una sensibilidad particular respecto de las señales sociales. Las personas solitarias son más propensas a percibir las señales sociales ambiguas de manera negativa, y entran a un estado mental de autoconservación que aun empeora el problema.
 
 
Así pues, además, cuando una persona se vuelve aislada la soledad puede ser algo contagioso: se aleja de su círculo social y provoca que otros hagan lo mismo. 
 
John Cacioppo, profesor de psicología en la Universidad de Chicago, ha probado distintos enfoques para tratar la soledad. Sus estudios revelan cómo las intervenciones más eficaces se enfocan en el abordar las “cogniciones de la inadaptación social”; esto es, en ayudar a las personas a revisar cómo interactúan con los otros y cómo perciben las señales sociales. Está trabajando con el ejército de Estados Unidos para indagar la manera en que la capacitación en cognición social puede ayudar a los soldados a sentirse menos aislados mientras están en misión y después de regresar a casa.
   
La soledad de los adultos mayores tiene otros orígenes, a menudo derivados de que los miembros de la familia se mudan lejos y los amigos cercanos mueren. Como dijo un anciano: “Todo tu mundo muere antes que tú, incluso”.
Se debiere animar más a la gente mayor muy religiosa al continuar asistiendo de manera regular a los servicios, pues podría beneficiarse con algún sentido de comunidad y espiritualidad, así como por la mirada vigilante de otros feligreses. Quienes sean capaces de cuidar a un animal podrían disfrutar de la compañía de una mascota. Los seres queridos que vivan lejos de un padre o abuelo podrían pedir a un vecino que vaya a visitarlo regularmente.
  
También están surgiendo programas más estructurados. Paul Tang, de la Fundación Médica de Palo Alto, comenzó un programa llamado "linkAges", un servicio intergeneracional de intercambio de servicios inspirado en la idea de que todos tenemos algo que ofrecer.
 
El programa permite que sus miembros publiquen en línea para qué quisieran ayudas: lecciones de guitarra, algún compañero de Scrabble, que los lleven al consultorio del doctor. Otros pueden ofrecer voluntariamente su tiempo y habilidades para satisfacer esas necesidades y “reservar” horas para cuando ellos necesiten algo.
 
“En Estados Unidos casi necesitas una excusa para tocar la puerta del vecino, ya hoy”, me dijo Tang. “Queremos eliminar esas barreras”.
 
Por ejemplo, una estudiante universitaria podría ver un post de un anciano que necesita ayuda con su jardín. Lo ayuda a plantar una fila de flores y “reserva” dos horas al hacerlo. Unos meses después, cuando ella quiere cocinar comida malaya para su novio, un chef retirado viene a darle lecciones de cocina.
 
“No necesitas un compañero de juegos a diario”, dice Tang. “Pero saber que aun eres un miembro de la sociedad valorado y cooperativo reafirma increíblemente”.
 
Ahora el programa tiene cientos de miembros en California y hay planes para expandirlo a otras zonas del país.
 
“Quienes pertenecemos a la comunidad médica debemos preguntarnos: ¿Estamos controlando presiones arteriales o mejorando la salud y el bienestar?”, señaló Tang. “Creo que para lograr lo primero tienes que hacer lo último”.
 
Una gran paradoja de nuestra era digital interconectada es que, al parecer, nos estamos alejando. Sin embargo, las investigaciones confirman nuestra más profunda intuición: la conexión humana está en el centro del bienestar humano. Depende de todos nosotros (médicos, pacientes, vecinos y comunidad) mantener los vínculos ahí donde se están desdibujando, y crear nuevos donde nunca han existido.'
 
( Dhruv Khullar: "El aislamiento social va matándonos", 28.12.17, The NYT ) 

 
        
Como por aquí andamos añorando aun más tertulias en Tele según aquella lejana "La Clave" (barrida tras 'el Cambio', hacia PSOE, desde UCD...) -es decir, que no 'tocomotxen' razonamientos con embestidas o argumentarse mediante twitters, ni nuestros problemas por los intereses únicos y exclusivos de la Casta (toda)- ahí va un recordatorio del "Millenium", última mente, porsia...

Recientes hemos podido ver sendos capítulos para recomendarse:

 * 'Desigualdad manifiesta'...

 * más... 'Vivir la adolescencia' (¡¡ojo: se nos refieren a “desde los 10... hasta más de otros 30 años”…!!)